Las rosas son una de las flores más populares e icónicas del mundo. Conocidas por su intenso color rojo, también existen en colores como el blanco, el púrpura, el rosa y el amarillo, todos ellos con su propio significado. Echa un vistazo al simbolismo de la rosa amarilla antes de hacer tu compra para asegurarte de que estás transmitiendo el mensaje correcto a tus seres queridos.
Las rosas amarillas son unas flores preciosas que todo el mundo puede apreciar. Pueden añadir un poco más de positividad a una ocasión ya alegre. Las rosas amarillas son versátiles cuando se trata de una celebración. Utilícelas para:
Sin embargo, se dice que no hay que regalarlas con interés romántico ya que solamente son un símbolo de amistad.
Estas rosas también tienen una fragancia fresca gracias a años de hibridación y cultivo que también han potenciado esta característica. Así que no sólo tienen el poder de alegrar una habitación, sino también de difundir su fresco aroma.
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Mientras que antes la rosa amarilla simbolizaba los celos y la codicia, ahora representa la amistad y el cuidado. Regalar una rosa amarilla a un amigo transmite calidez y afecto, así como recuerdo y una muestra de aprecio hacia el otro.
La rosa amarilla se utiliza a menudo para indicar felicidad, amistad y cariño. Además de la amistad, las rosas amarillas pueden enviar un mensaje de alegría y afecto a quienquiera que sea el destinatario. Son perfectas para decir "bienvenido", "buena suerte" o "estoy pensando en ti".
En general, la rosa amarilla añade un elemento de felicidad a cualquier arreglo floral. El amarillo aporta un carácter alegre y jovial a la rosa. Su color por sí solo tiene el poder de alegrar el día a cualquiera.
En el siglo XVIII se descubrió que las rosas amarillas crecían en Oriente Medio y el suroeste de Asia. Había muchos tonos diferentes de amarillo, desde amarillos pálidos hasta marrones más profundos, lo que permitió la creatividad en la hibridación.
Tras su descubrimiento, los holandeses y los franceses fueron los principales cultivadores de rosas amarillas fuera de Asia. Comenzaron a cultivarlas e hibridarlas, a menudo mezclándolas con rosas blancas. Sin embargo, resultaban difíciles de vender debido a su mal olor y algunos híbridos presentaban, además del olor, una mancha negra.
Esto hizo que, durante la época victoriana, las rosas amarillas se utilizaran como símbolo de los celos y se enviaran a las personas acusándolas de traición o infidelidad. Por suerte, este simbolismo ha cambiado con el tiempo y ahora las rosas amarillas se asocian con la felicidad y la amistad.